En Malavaca, las carnes a la brasa nacen del ritual del fuego: piezas seleccionadas, aderezadas con sencillez y colocadas sobre brasas vivas, jugos intensos y ese sabor profundo que solo el carbón puede ofrecer.
En Malavaca Restaurante Zahora, la pizza de masa fina se fermenta con paciencia, se corona con productos frescos y se cuece en el horno, logrando un crujido ligero y un aroma ahumado único.
En Malavaca Zahora, el fuego no es solo cocina, es esencia. Las carnes a la brasa se preparan con respeto al producto y al ritmo del carbón: cortes nobles, sellados con llama viva, que conservan todo su jugo y carácter.